lunes, 30 de julio de 2018

Violeta claroscuro

                                                     Dibujo de universo.pamp.es.


Violeta está confusa. Se ha enamorado de Rosa. A su lado le entran sudores, siente mariposas. Siente erecciones.
–Hija, pues no te entiendo.
–¡Que me la quiero follar, mamá, me la quiero follar!
–Ay, hija, tampoco tienes que ser tan explícita.
–¡Oye, a tu madre no le hables así!
–Jesús, por favor, no le grites a la niña.
–¿Que no le grite? ¿Pero tú has visto con lo que nos viene ahora?
–Joe, papá, que me he enamorado.
–Pero, hija, ¿de una mujer?
–¿Y qué le voy a hacer si cuando la veo me pongo palote?
–¡Pero cómo te vas a poner palote si no tienes pene!
–¡Jesús, por Dios!
–¿Acaso no recuerdas lo que nos costó quitártelo?
–¡Por Dios, Jesús!
–¿Ya no te acuerdas de la que tuvimos que armar en la tele para poder poder pagar tu operación?
–Joe, papá…
–Porque decías que eras una mujer atrapada en un cuerpo de hombre.
–Ya…, bueno…, es que entonces…
–¡Entonces tenías pene y quisiste vulva!
–¡Y yo qué sé, si solo era un crío y no sabía ni lo que quería!
–¿Y ahora sabes lo que quieres?
–Ya…, bueno…, lo que pasa es que ahora…
–¿Ahora qué? ¿Ahora te vuelvo a llamar hijo? ¿Te vuelvo a llamar Víctor? ¡Porque te recuerdo que ya eres legalmente Violeta!
–¡Joe, papá!
–¡Ni joé ni joá, que nos gastamos el dinero para tu universidad!
–Bueno, tampoco te pases, que lo querías para un chalet en la sierra.
–¿Cómo? ¿Qué no me ibais a pagar los estudios?
–¡Pero qué estudios ni que na, si nos lo gastamos todo en la maldita operación y en el puñetero papeleo, para que ahora nos vengas con esta!
–¡Jesús!
–¿Y ahora qué? ¿Volvemos a llamar a la clínica a ver si guardaron tu pitorro, para volvértelo a poner?
–¡Papá!
–¿Que te quiten las tetas y te pongan pelo en el pecho?
–¡Bueno, basta ya! Hijo, digo…, hija, esto no puede ser. ¿No entiendes lo que intenta decirte tu padre? Piensa en lo que diría la gente del colectivo, si se enterara.
–Mamá…
–¿Y no puedes hablar con esa chica…?
–Rosa, mamá, se llama Rosa.
–Bueno, pues eso. ¿No puedes hablar con Rosa, y explicárselo todo?
–Es que me da vergüenza. Ella no es de esas.
–¡Pues te jodes y te haces lesbiana!
–¡Jesús, por favor! ¿No ves que al niño, digo a la niña le da vergüenza?
–¿Vergüenza? ¿Todo este tiempo exponiéndose en la fiesta del orgullo y ahora le da vergüenza?
–Joe, papá…
–¡De joé na! ¿Y el año que hiciste que tu madre, con lo facha que es, te acompañara en la carroza?
–Papá…
–¡Oye, que yo con mi hija voy a donde tenga que ir! ¡Además, que la culpa es tuya, por ir de progre por la vida! Tanta tolerancia, tanta igualdad, tanto “…mujer, si el niño se siente mujer, algo habrá que hacer…”. ¡Pues mira la que habéis liado tus amigos comunistas y tú!
–Mamá…
–Pues mira, mujer, nunca pensé que lo diría, pero, ¿Sabes lo que te digo? ¡Que con Franco no pasaban estas cosas!