jueves, 9 de julio de 2009

Un lio de muerte

Foto de Pamp

Todo empezó aquella noche cuando llegué a casa y me la encontré allí, con su aspecto tétrico y la guadaña en la mano. Casi me muero del susto.
- no fastidies, hombre- me dijo- déjame a mi hacer mi trabajo.
- ¿Quien eres?- pregunté aterrorizado.
- Como puedes ver, soy la Muerte y vengo a por ti.
- ¿A mi? ¿por qué?
- Tienes cancer terminal, no es nada personal, yo solo hago mi trabajo.
- ¿Quien? ¿yo? no, no puede ser, si me encuentro bien, te debes haber equivocado...
Supliqué durante horas y al final se apiadó de mi, o se hartó de oirme llorar como una nenaza toda la noche y me concedió un día para poner en orden mis cosas.

Al día siguiente entré en casa y ella estaba esperándome. Le di el informe del médico.
- Mira ¿lo ves? tiene cura, mañana me operan, no voy a morir.
- ¿Me vas a decir a mi quien muere y quien no?- contestó indignada.
- No te ofendas- dije desafiante- pero aún no ha llegado mi hora.

Cuando entraba al quirófano vi que estaba allí con su guadaña, bata verde y mascarilla, pero la operación fue un éxito.
En la habitación la gente venia a visitarme y a darme la enhorabuena, pero ella seguía ahí, afilando la guadaña.
- Oh, perdona, no queria molestar.
- ¿Lo ves? ¡sigo vivo!- dije desafiante.
- Yo no digo nada- contestó impasible.
Por la mañana, el doctor dijo que había problemas y que tendrían que darme quimioterapia.
El tratamiento fue duro, pero ella estaba allí todos los días, animándome.
- Tranquilo, si al fin y al cabo la muerte es un proceso natural.

Pero me recuperé, y ella seguia en casa dándome la paliza, " que si no quedaba papel higiénico, que si no tomaba suficiente fruta...".
Por las noches se sentaba conmigo a ver la tele, pero no me dejaba ver CSI Miami, porque estaba harta de ver muertos y me obligaba a ver Donde estas corazón.

Una mañana me la encontré en la cocina, habia traido churros para desayunar.
- No se, me pareció buena idea.-dijo.
El teléfono sonó, era el oncólogo, la enfermedad se habia reproducido.
- ¡A mi no me mires! yo estaba en la churreria.

La operación fue un éxito y el tratamiento pasó deprisa.
Cuando volví a casa, ella habia cambiado los muebles de sitio y habia pintado el salon de azul cielo.
- No me regañes que hoy he tenido un mal día en el trabajo, un accidente múltlipe, y no estoy para discusiones.
No le dije nada, al fin y al cabo me habia acostumbrado a su presencia, me tenia la casa muy limpia y hacía unas tortillas de muerte.

El tiempo pasó y el teléfono volvió a sonar, una vez más el asunto se habia reproducido, no me pude contener y le grité.
- ¡Lo ves, todo esto es por tu culpa, te has empeñado en matarme y hasta que no lo consigas no te vas a quedar agusto!
Se echó a llorar y se marchó dando un portazo.

La operación fue un éxito y el tratamiento pasó.
Hace meses que no se nada de ella.

La echo de menos.