jueves, 31 de marzo de 2016

El Sol a escena

                                                Dibujo de Universo Pamp.



¡Menudo cisco se armó cuando el Sol se empeñó en salir!

–¿No ves que es de noche y ahora es mi turno? –insistía la Luna.

Pero él, erre que erre, hasta que se plantó allí, alumbrándolo todo.

–¡Ya la has liado, ahora no se me ve!

La Luna estaba furiosa. Las estrellas no brillaban. La Osa Mayor se quejaba y la Menor no paraba de llorar.

La gente no sabía si era de día o de noche, si tenía que trabajar o dormir, y los niños no querían ir al cole.

–¡No, no y no, yo no me marcho de aquí! –gritaba el Sol enfurruñado.

Los planetas se alinearon en una reunión urgente.

–¡Esto es intolerable! –exclamó Júpiter.

–¡No puede ser! –gruñó Saturno.

Plutón quiso opinar, pero no le dejaron porque ya no era un planeta.

–Pues vosotros veréis –insistió–, pero si no colaboramos todos juntos, no lo vamos a conseguir.

Al final le hicieron caso, y los planetas empezaron a girar alrededor del Sol, cada uno con su órbita. Los anillos de Saturno bailaban como un hula hoop. Marte se puso colorado de dar tantas vueltas. Y la Luna cantó una nana. Entre eso y la danza de los astros, el Sol terminó durmiéndose.

Ahora las estrellas brillaban en la noche. Y la Luna, que estaba cansada, solo salió a medias.

Los lobos de la estepa aullaban nerviosos, y el pequeño lobezno miraba al cielo con tristeza.

–No te preocupes –le consoló su padre–, mañana tendremos Luna llena.