viernes, 19 de febrero de 2010

Ironias de un hombre invisible

Dibujo de Pamp.

Una vez, alguien me lo dijo.
_ Eres el hombre invisible, estas aquí y de repente desapareces.
Me sentó fatal, pero tenía razón. Hasta entonces no me había dado cuenta.
Cuantas veces, hablando con alguien de cosas importantes como el calentamiento global o mi amor por la chica incapaz de verme; ha aparecido una tercera persona contando cosas sin interés, como a quien se ha tirado o el coche que se acababa de comprar, se han unido una cuarta y quinta persona a la conversación y ya he desaparecido.
Es muy duro darse cuenta.
En el metro nadie me veía , ni en la cola del super. En las fotos salía de espaldas o de refilón.
Me estaba desintegrando y la gente me olvidaría.

Decidí hacer mas vida social, apuntarme a todas las fiestas y acoplarme en las fotos.
Ahora se acordarían de mi.

Y ahí empezó el problema.

Estaba viendo "Cuarto milenio" cuando sacaron una extraña foto, a la par que siniestra, en la que unos amigos, de fiesta, se hicieron una foto de grupo, y en el centro aparecía una fantasmagórica figura, la cual afirmaban que no estaba allí.
¡Era yo! y nadie me reconocía, ni siquiera Sebas ¡cuando fue él quien me invitó!
Había pasado de ser invisible a ser un fantasma.

Indignado, llamé al programa. Me costó mucho contactar, pues no tenían teléfono de aludidos y la telefonista parecía medio tonta.
La cosa no hizo más que empeorar.

En el siguiente programa, decían haber recibido una misteriosa llamada en la que, una voz del más allá afirmaba ser el de la foto.
Ahora, de fantasma pasé a ser una psicofonía telefónica.

El tema dio para dos programas.
¡Menuda historia se montaron!
Y para colmo, no pudieron contactar conmigo porque la idiota de la telefonista olvidó registrar la llamada.
Al final todo quedó en nada.

Supongo que fueron mis quince minutos de fama.