jueves, 23 de julio de 2015

La abuela Josefina

                                              Dibujo de Universo Pamp.


La abuela Josefina ya es muy mayor y se le va la cabeza. Cada día me llama de una manera: Azucena, Rosita, Jazmín o Margarita, pero yo no me enfado. Sé que antes vivía en una residencia porque estaba malita y se le olvidaban las cosas. Mamá dice que la han traído para que cuide de mí, papá no deja de gruñir y dice que si no fuera porque tiene que trabajar todo el día…

A mí me gusta tenerla en casa, es muy divertida cuando no sabe qué zapato se pone en el pie izquierdo y cuál en el derecho. Me encanta enhebrarle las agujas, menudos líos arma cuando se pone a coser. El otro día se empeñó en cocinar y casi lo quema todo. La pobre no sabía qué decirle a los bomberos. No paraba de llamarles Carmelo y Paquito, y de ofrecerles galletas. Jo, qué risa. Cuando mis padres llegaron del trabajo, les dijo que todo iba bien.

–Todo bien, Felisa, todo bien.

–Mamá, que soy Isabel.

Eso sí, de lo que nunca se olvida la abuela es de ir a buscarme al colegio. Claro, que luego no se acuerda del camino de vuelta, y en más de una ocasión nos perdemos. Es genial, porque siempre terminamos viviendo fantásticas aventuras. Una vez, un duende quiso quitarnos nuestro oro, en la arboleda, pero la abuela Josefina le arreó con el bolso hasta hacerle huir. También me dio a mí un par de veces, pero no se lo tuve en cuenta, pues yo sé que le cuesta distinguir. Otra tarde nos atacó un ejército de ratas asesinas, pero la abuela las espantó gritando. Ni siquiera entendí lo que decía, pero fue muy divertido.

El día que más miedo pasamos fue cuando nos encontramos un dragón, en el parque, que nos persiguió, ladrando y echando fuego por la boca, hasta que llegamos a casa. La abuela tenía tanto miedo que soltó el bastón y dejó de cojear.

Por las noches, cuando me arropa en la cama, yo le cuento nuestras aventuras, porque a ella se le olvidan. La abuela se lo pasa pipa, yo la quiero un montón, y así se va contenta a dormir.

–Buenas noches, abuela.

–Buenas noches, Dorotea.