lunes, 25 de abril de 2011

Viejo mastín

Dibujo de Universo Pamp.

Cuando el chico del vecino entró a robar, no me asustó, a pesar de que venía con una cadena, amenazando.
Yo siempre llevo una navaja en el monedero.
Se la quité al último gamberro que intentó atracarme. Cuando le sacudí con el bolso, sin piedad, Pongo se sintió ofendido. Era mi mastín protector y esa era su misión.
Esta vez no la iba a fastidiar y me puse a chillar como una histérica.
Fue maravilloso ver al pobrecillo, al rescate como en los viejos tiempos.
De buena gana le habría dado un navajazo a aquel niñato, pero el mordisco que le soltó mi perro no estuvo nada mal.