viernes, 16 de septiembre de 2011

Muerta de cansancio

Dibujo de Universo Pamp.

Llegó a casa, dejó la guadaña en la entrada y se sentó un momento. Estaba agotada y le dolían los huesos. Entre las guerras y el cáncer, no había tenido ni un respiro.
Decidió darse un baño relajante. Sabía que dentro de un rato tendría que volver al trabajo.
Puso el agua caliente y sales de aromáticas, para quitarse el hedor a muerte.
Cuando se metió, su esquelético pie resbaló y se golpeó en la base del cráneo.

Despertó.
Estaba tirada en la bañera y el agua se había quedado helada. El teléfono no dejaba de sonar.
Le entró la risa tonta.
–Habría sido gracioso que...

4 comentarios:

  1. Original como todos, David. Un cuento negro que empieza a tornarse en blanco cuando el lector piensa que la de la guadaña también las puede espichar, pero no. ¡Mecagüendiez! Cuántas vidas se salvarían con el beneficio de una sola muerte...

    Un abrazo.

    Alejandro

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  2. David, me matas... Y nosotros sin saber que la muerte de vez en cuando se da un respiro, para que veas. Es genial: un micro genial.

    Un beso grande,

    P.D. Escribe más, porfi...

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  3. Como ya te dije en su momento, q buen relato hiperbreve!!!

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  4. Gracias, Alejandro. Gracias, Arancha. Gracias, Mario. No sé que deciros que no os haya dicho ya, así que como dijo el sabio: ...

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