La
abuela Josefina ya es muy mayor y se le va la cabeza. Cada día me
llama de una manera: Azucena, Rosita, Jazmín o Margarita, pero yo no
me enfado. Sé que antes vivía en una residencia porque estaba
malita y se le olvidaban las cosas. Mamá dice que la han traído
para que cuide de mí, papá no deja de gruñir y dice que si no
fuera porque tiene que trabajar todo el día…
A
mí me gusta tenerla en casa, es muy divertida cuando no sabe qué
zapato se pone en el pie izquierdo y cuál en el derecho. Me encanta
enhebrarle las agujas, menudos líos arma cuando se pone a coser. El
otro día se empeñó en cocinar y casi lo quema todo. La pobre no
sabía qué decirle a los bomberos. No paraba de llamarles Carmelo y
Paquito, y de ofrecerles galletas. Jo, qué risa. Cuando mis padres
llegaron del trabajo, les dijo que todo iba bien.
–Todo
bien, Felisa, todo bien.
–Mamá,
que soy Isabel.
Eso
sí, de lo que nunca se olvida la abuela es de ir a buscarme al
colegio. Claro, que luego no se acuerda del camino de vuelta, y en
más de una ocasión nos perdemos. Es genial, porque siempre
terminamos viviendo fantásticas aventuras. Una vez, un duende quiso
quitarnos nuestro oro, en la arboleda, pero la abuela Josefina le
arreó con el bolso hasta hacerle huir. También me dio a mí un par
de veces, pero no se lo tuve en cuenta, pues yo sé que le cuesta
distinguir. Otra tarde nos atacó un ejército de ratas asesinas,
pero la abuela las espantó gritando. Ni siquiera entendí lo que
decía, pero fue muy divertido.
El
día que más miedo pasamos fue cuando nos encontramos un dragón, en
el parque, que nos persiguió, ladrando y echando fuego por la boca,
hasta que llegamos a casa. La abuela tenía tanto miedo que soltó el
bastón y dejó de cojear.
Por
las noches, cuando me arropa en la cama, yo le cuento nuestras
aventuras, porque a ella se le olvidan. La abuela se lo pasa pipa, yo
la quiero un montón, y así se va contenta a dormir.
–Buenas
noches, abuela.
–Buenas
noches, Dorotea.
Este cuento se lo dedico a tod@s l@s abuel@s que cuidan a sus nietos, en el servicio abuelos 24 horas.
ResponderEliminarMe encanta lo natural que escribes, y este en especial... me ha gustado mucho, mucho.
ResponderEliminarGracias, Rut. Encantado de tenerte en mi hostal.
Eliminar¡Celebro volver a leerte! Gracias Dabid.
ResponderEliminarTu siempre tienes habitación reservada en mi hostal.
EliminarMe ha gustado mucho David, felicidades!!!
ResponderEliminarGracias, Mario.
ResponderEliminarDa gusto tener unos artistas tan grandes, como clientes del hostal.
Genial!! Tierno y sentimental sin caer en el "sentimentalismo empalagoso" (a veces es difícil). Me acabas de dibujar una sonrisa.
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