lunes, 9 de septiembre de 2013

El hijo de la Luna

                                                        Dibujo de Universo Pamp.

Bajó del monte, con su pálida piel y sus ojos blancos. Afirmó llamarse Luzbel, y esa fue la gota que faltaba para que temiéramos al extranjero. Parecía buena gente, era muy educado, pero su enorme altura y sus largas manos no presagiaban nada bueno.
Cuenta la leyenda que fue engendrado por una hembra gitana, y abandonado en el bosque. Los lobos le criaron, bajo la protección de la Luna. Siempre se escucharon historias sobre el niño albino que habitaba en las montañas. Nunca las creí, hasta que se presentó a las puertas del pueblo, con esa melena gris, que hacía difícil calcular su edad. Para unos no llegaba a los veinte, para otros ya pasaba los cuarenta. Sea como fuere, aquel grandullón que apareció vestido con un simple taparrabos, pidiendo calma con aquella voz aguda, en tan solo dos días había conseguido trabajo. Le había contratado don Cristino, para que le ayudara en la biblioteca. Le dejó cobijarse en el almacén, y le ofreció un modesto sueldo. Aquel venerable anciano era el único del pueblo que disfrutaba de la presencia del muchacho, y de las miles de historias que podía contarle.
Así, vestido y con zapatos, y con la melena cortada, parecía otra cosa, pues tenía cara de buena persona, pero el padre Azrael afirmaba que era el mismísimo Diablo. El hecho de que no fuera nunca a la iglesia, ayudaba a pensarlo, pero él siempre dijo que no creía en esas cosas.
En más de una ocasión quise preguntarle si era verdad eso que decían de él, pero lo dejé pasar. Cuanto menos escuchara su aguda voz, era más fácil apreciarle. La gente murmuraba sobre él, y las viejas se santiguaban al pasar a su lado. Nunca le importó, él dijo que había bajado del monte en busca de contacto humano. La cosa empeoró cuando empezó a juntarse con la sobrina del párroco. Teresa era una buena chica que quiso ayudar a aquel hombre solitario, tal y como había aprendido de las enseñanzas de su tío y de la propia Biblia. Supongo que al pastor no le hizo gracia que su bella sobrina fuera con una oveja descarriada. Primero fue un rumor, luego un cotilleo, y al final terminó siendo un escándalo.
La chica apareció muerta en el molino de Sebas. Nadie se preguntó quién fue. Ni si quiera le dejaron explicarse. La policía no hizo ningún esfuerzo por detener a aquella muchedumbre que quería matar al extranjero. Al principio, él suplicó que le escucharan, pero al ver que era inútil, sacó toda la furia que llevaba en su interior.
Aquello fue un infierno. No tengo palabras para describirlo. Fuimos pocos los que quedamos para contarlo. Por las noches, aún me duelen las piernas que perdí aquel día. Nunca supimos quién mató a la chica, ni qué sucedió en verdad. En un abrir y cerrar de ojos, el fuego del infierno arrasó el pueblo. Al final pude ver como él se rasgó las vestiduras y volvió al monte del que salió.

Entonces supe que era el hijo de la Luna.

5 comentarios:

  1. Bueno, esto es una historia que me he sacado de la manga (acepto vuestras críticas), inspirado en dos canciones muy distintas, que son "Hijo de la Luna" de Mecano, y "Moonchild" de Iron Maiden. No sé, me gustó la idea de mezclar dos influencias tan distantes. En fin, vosotr@s diréis si me ha quedado bien o no.

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  2. Ha quedado genial!
    Te falta la referencia de Burn de Nine inch nails ;-)
    http://www.traduceletras.net/es/nine-inch-nails/burn/74477/

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    1. Te vas a cabrear conmigo si te digo que no conozco la canción. Espero que no desates la ira de Pamp contra mi hostal.
      Gracias por el comentario.

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  3. Querido David:

    Me ha gustado. Creo que es uno de los mejores que has escrito, para mi gusto. El principio atrapa, la historia está bien construida, hay transmición emocional por parte de los personajes y el final es coherente.

    Un abrazo.

    Alejandro.

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  4. Este hostal no sería lo mismo sin ti, oh, Maese Alejandro.
    Gracias.

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