lunes, 18 de noviembre de 2013

La guitarra rosa

                                                 Dibujo de Universo Pamp.

Cuenta la leyenda que aquella noche antes del concierto, la guitarra empezó a temblar. El joven Billy, que pasaba por allí, se acercó sorprendido, a ver qué sucedía.
–¿Qué te pasa? –preguntó.
–Tengo miedo –contestó ella.
–¿Miedo?, ¿tú?, ¿de qué?
–De él.
–¿De él?, ¿de Jimi? –insistió.
–Sí, de él.
Billy no cabía en su asombro, aquello se salía de la lógica.
–¡Pero si Jimi es el mejor! ¡Es un honor trabajar con él!
–Ya, todas sabemos lo que hace con las guitarras –añadió ella con amargura.
–Bueno, puede que al principio te duela, pero luego verás cómo lo disfrutas. Ya te he dicho que Jimi es el mejor.
–Mientras no me haga lo de Monterey.
Cada vez temblaba más.
–Ah, claro, Monterey –por fin Billy comprendió–. Supongo que son los sacrificios del rock.
–¡Pero yo no necesito ningún sacrificio! –suplicó.
–Yo no puedo hacer nada –se lamentaba Billy.
–¡Sí, sí puedes, puedes sacarme de aquí, puedes llevarme contigo!
–No, no puedo –Billy desesperaba–, tú eres la guitarra de Jimi y yo solo soy un simple telonero.
–¡Pero no quiero que me prendan fuego!

Jimi entró en ese momento, encontrándose con aquella rocambolesca escena. Todos callaron. El concierto iba a empezar, y la tensión se mascaba. Jimi miró a la guitarra, miró a Billy, y volvió a mirar la guitarra. Sin pensárselo dos veces, la cogió y se la dio al telonero.
–Toma.
–¿Para mí? –preguntó sorprendido– Pero, Jimi, si es tu guitarra.
–No –contestó sonriendo–, es demasiado bonita para quemarla. Tú la usaras mejor.


El anciano Billy aún conserva la guitarra, y aunque nunca la ha tocado en público, aquella Fender Stratocaster rosa es la joya más preciada de su colección.

13 comentarios:

  1. Esto se lo dedico a los dos guitarristas más grandes de la historia.
    Contaba Billy Gibbons una vez, que la joya más preciada de su colección de guitarras era una Fender Stratocaster rosa que le regaló Jimi Hendrix, con la excusa de que era demasiado bonita para quemarla. Hay una foto en la que se ve al joven Billy, con cara de pringadete, con el grupo que tenía antes de los ZZ Top, todos con cara de pringadetes, posando con el mismísimo Jimi Hendrix; que me hace imaginarme al anciano Billy, con su larga barba, tocando esa Fender rosa, en la intimidad de su rancho tejano, rodeado de sus excéntricas guitarras…

    Va por ellos.

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    1. Nunca es suficiente para esos dos.
      Gracias por tu visita.

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  3. Es de lo mejor que he leído hasta ahora. Me ha encantado. Enhorabuena.

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    1. Gracias, Conchi.
      Bienvenida a la aventura de los blogeros.

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  4. Querido David:

    Este cuento tuyo, que me ha gustado, acaba de darme una idea. Iba a quemar un laúd, de los dos que tengo el más nuevo. El viejo se parece más a mí, tiene la cejilla hundida, el diapasón arqueado y las cuerdas, rotas, como mis tendones. Se quedarán los dos instrumentos juntos, haciéndose compañía y coleccionándose el uno al otro. Un abrazo, campeón

    Alejandro
    P/D: El laúd "Alhambra" te saluda y agradece tu influencia.

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    1. Siempre es un placer ayudar a un maestro tunante (no, tonto, tunante no, tunero) a no quemar sus instrumentos de genialidad.

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  5. Siempre eres bueno, pero cuando haces hablar a los objetos , te sales. Mari-Sol

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    1. Gracias, clon masculino de Mari-Sol. Me encanta el nuevo aspecto que tienes. Pero me quedo con la Mari-Sol original. ;)

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    1. Rufino, ¿eres tú?, porque si no lo eres voy a meter la pata al darte las gracias.

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  7. Excelente relato David, como siempre!

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