A
la abuela Manuela le duele una muela, pero no va al dentista porque
le da miedo. No tiene problemas en sacar las croquetas de la sartén
con las manos, y el dentista le da miedo. Ella es así.
Cuando
se cansa, se sienta en la silla y se quita una pierna, nunca me
acuerdo si es la izquierda o la derecha, y la deja aquí o allí, le
da igual. A veces la deja en el cuarto de baño, guardándole el
sitio. Cuando se la quita, en su lugar queda un muñón gracioso y
regordete, que termina en una cicatriz que parece sonreír.
Si
le pregunto por el abuelo, se enfada.
–¡A
ese señor no me lo menciones! –grita.
Papá
siempre me dice que el abuelo está en la luna, y yo me río porque
sé que es mentira.
La
abuela Manuela grita mucho, pero enseguida se le pasa el enfado y se
pone a cantar. Cuando habla por teléfono, se la oye desde la
Conchinchina.
Sus
croquetas son enormes y me gustan un montón, pero cada vez que las
hace se quema las manos. Siempre está echándose pomada. Huele muy
bien.
Las
gafas de la abuela son mágicas, con ellas se ve todo muy grande.
Cuando me las pongo, todo da vueltas como si montara en la montaña
rusa. El otro día llegué a ver el futuro con ellas.
–¡Nena,
quítatelas, que te vas a marear! –me dice.
Yo
le pido que me haga croquetas y ella me dice que me hará torrijas,
que se quema menos con ellas. ¡Mmm, torrijas, qué ricas!
Hoy mi madre se está actualizando en la versión Manuela 7.0, y esto es para ella.
ResponderEliminar¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MAMÁ!!
Felicidades a tu mami y a ti por un relato tan simpático ;-)
ResponderEliminarGracias, Alex. Tu visita honra mi humilde hostal.
EliminarHola David, eres genial y lo vas demos
ResponderEliminartrando en cada relato, felicidades atrasadas a tu madre y "viva la madre que te parió" UN BESAZO
MARI-SOL
Muy entrañable. Seguro que tu madre se habrá emocionado un montón.
ResponderEliminarFelicidades a los dos.
Besos