Mi
primer viaje fue con el superzorro, por los enormes túneles que cavó
para robarle manzanas a los tres granjeros huraños. ¡Qué ricas
estaban! A partir de ahí todo fue pan comido. Surqué los mares con
el pirata Garrapata, escalé la montaña con Kimazi, me enfrenté al
ejército de Napoleón, con el húsar húngaro que vendió su alma al
diablo, descubrí el secreto de la arboleda, y resolví un asesinato
en el Canadian Express…
Pero
nunca olvidé esos túneles, en ellos escapé, tiempo después, de
los trípodes marcianos, con H.G. Wells. Fueron días difíciles, no
habría podido soportarlo sin su ayuda. Pero eso fue a final de
siglo, cuando Vargas Llosa me contó cómo el ejército se movilizó
en un pequeño pueblo de Brasil, cuando Lord Jim hizo lo imposible
por recuperar el honor que abandonó en el barco naufragado. En esos
túneles podría haberse escondido Gregorio, si las depresiones de
Kafka no le hubieran matado. En esos túneles en los que habitaba
Drizzt Do'Urden, el elfo oscuro. En los mismos donde conocí al señor
Barlow, el terrible vampiro que asoló Salem's lot. Los mismos
túneles por los que huí de la policía, con John Rambo. Él me
enseñó que una novela sencilla podía dar mucho de sí.
Y
después de viajar con don Quijote y padecer con Fray Luis de León,
cayó en mis manos el libro de Stepan Zabrel. Entonces descubrí que
lo que quería era rescatar al abuelo Tomás, de la residencia. De
nuevo volví a ser un niño, volando con aquella nave que hice con un
colchón y un ventilador. Con ella me llevé al abuelo lejos, muy
lejos, entre las lunas de Júpiter. Cuando él vio el enorme monolito
que se aproximaba, exclamó:
–¡Dios
mío, está lleno de estrellas!
Hoy es mi cumple, y como no estáis aquí para que os dé un trozo de tarta, os voy a regalar este relatillo, donde hago memoria de los libros que me marcaron.
ResponderEliminar¡Soplar, soplar, que hay 39 velas que apagar!
Dabid! Sencillez y nostalgia, hermoso. Felicidades cumpleañero!!
ResponderEliminarGracias, Rut. Siempre puedes coger un libro, si ya no queda tarta.
Eliminar¡Menudos viajes te pegas!, y sin drogas. ¡Tú sí que sabes!
ResponderEliminarMe ha encantado David! Un relato muy entretenido!
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