El trineo se
estrelló contra el monte. Sus restos se esparcieron por la ladera,
junto a los cuerpos sin vida, de los renos y del anciano de la barba
blanca.
–¿A quién se
le ocurre sobrevolar una zona en guerra?
–¡Baltasar, no
seas cínico, que te hemos visto! ¡Lo has hecho a propósito!
Dos pero breves, breves. Me ha sabido a poco. Siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarBrevedad contra la saturación navideña.
ResponderEliminar¡Feliz año nuevo, Pepa!