jueves, 17 de diciembre de 2015

Smells like heavy metal

                                                 Dibujo de Universo Pamp.


Allá en los años noventa, mi pelo creció a ritmo de grunge. No digo que quisiera ser Kurt Cobain, pero sí quería molar como él, apestando a espíritu adolescente. Pero mi melena nunca llegó a parecerse a la suya. Reconozco que era un gustazo agitar la cabeza cuando Cobain berreaba en flor, o sacudir lentamente la cabellera, cuando Polly pedía una galleta. Las noches de juerga eran bestiales en el momento que me soltaba la coleta.

Me llevé un buen palo, una noche que me crucé con un borracho que se empeñó en que con esos pelos parecía Bruce Dickinson. Yo crecí escuchando a Iron Maiden, y el amigo Bruce era el puto amo, para mí, pero yo quería ser Kurt. Los ochenta ya habían pasado, y lo que sonaba entonces era Nirvana, era Pearl Jam, era Sonic Youth. Por mucho que cambiara de garito, bar, local o discoteca, siempre me lo encontraba, llamándome a gritos, Bruce. A punto estuve de pegarle, pero a esas horas yo ya tenía una enorme borrachera, y el tío terminó cayéndome bien.

Lo último que recuerdo de aquella noche es vernos a los dos, ebrios perdidos, chapurreando a grito pelao, Run to the hills.

1 comentario:

  1. ¡Hoy cumplo 23 años!
    Sí apañeros y apañeras, hoy hace 23 años que me extirparon un tumor cerebral. Sí, señores y señoras, en días como hoy me acuerdo de aquellos tiempos en que me recuperé, a ritmo de grunge.
    Este relato verídico se lo dedico a todos esos grupos y cantantes que ayudaron en mi recuperación. Porque aunque en esa época lo que se llevaba era el grunge, en el fondo, yo siempre he sido heavy.

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