El
cielo de Kokura amaneció cubierto de nubes. El señor Kazuya se
levantó enfadado. A su edad ya solo le entretenía ver los cerezos
bañados por el sol, pero ahora todo estaba oscuro. Hacía tiempo que
su mujer murió, y sus hijos se habían ido a la guerra. El anciano
gruñía y maldecía sin parar. Miraba al cielo, en busca de algún
rayo de luz, con la esperanza de que llegara la paz, y Taro y Akeno
volviesen a su hogar.
Aquella
mañana, un piloto norteamericano informaba por radio, que la
nubosidad le impedía avistar el objetivo. El alto mando le ordenó
que pasara al plan B, y lanzara la bomba en Nagasaky.
El seis de agosto de 1945, el Enola Gay lanzaba la primera bomba atómica, Little Boy, sobre Hiroshima. El día nueve, el plan era lanzar la segunda bomba, Fat Man, sobre Kokura, pero aquella mañana el cielo estaba muy nublado, en la zona, y tuvieron que pasar al plan B, que era lanzarla en Nagasaki. El día que me enteré de eso, se me vino a la cabeza este relato, pensando en la suerte, relativa, que tuvo la gente de Kokura, al tener el cielo encapotado.
ResponderEliminarNo voy a hablar más del tema, que ya se ha hablado mucho, ni se lo voy a dedicar a nadie, que eso ya se ha hecho. Solo añadiré que nunca llueve a gusto, o en este caso a disgusto, de nadie.
Me ha sabido a poco. Quiero saber más sobre Kazuya y sus hijos. Quizás era lo que querías, ¿eh?
ResponderEliminarVaya por dos, eres la segunda persona que me lo dice.
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